Perdonar el pasado para comenzar de nuevo en el flujo constante de la vida, para que nada quede atrás almacenado como germen de sufrimiento. El hombre es libre, tiene la capacidad de construir una segunda naturaleza a la que llamamos cultura; ella marca distintos itinerarios posibles, múltiples y diversos que al ser de esta manera predispone al error, a la equivocación individual o compartida, de ahí la inseguridad permanente en el hombre y, por lo tanto, en los pueblos, en las sociedades humanas. Equivocarse forma parte sustantiva de la capacidad de nuestra especie a crear aquello que no esta dado en la naturaleza misma. Saber discernir que actos me permiten -nos permiten- prolongar la vida y cuales no; los que nos apartan de ella nos crean malestar, insatisfacción y lo conceptualizamos como errores, desviaciones y en términos religiosos: pecados. Pero la Iglesia ha sabido “lidiar” con ellos al dar la posibilidad de ser perdonados, de empezar de nuevo, de permitirnos ser hombres cimentados en la libertar necesaria para crear la vida, o cuanto menos mantenerla. Comenzar de nuevo se alza como pieza angular de la posibilidad de neutralizar la equivocación y, por tanto, de permitirnos seguir adelante en esa continua creación de lo que llamamos cultura, siendo esta el artilugio constante de estar en el mundo como homo sapiens sapiens. ¿Cómo podemos recuperar el perdón desde el hombre desprovisto de creencias religiosas? De no encontrar la pieza que permita este “comenzar de nuevo” caeremos -como así acontece en nuestro tiempo- en la fatiga de nosotros mismos, en la depresión, en la apatía y en el sufrimiento más estéril de todos cuantos reconocemos. La Trilogía de Relatos Incompletos (TRI), como técnica que recupera el pasado para reorientarlo de nuevo, nos permite esta reconciliación con nuestros errores y con aquellos que los demás llevan a sus espaldas y nos destrozan. Esta mirada, este completar el relato para hacerlo fluido, nos permita avanzar, saborear la vida en lo que tiene de especial, de increíble para la propia inteligencia. La TRI nos permite comenzar de nuevo sin la carga pesada de lo acontecido y almacenado como problema, fruto, a la vez, de nuestra propia libertad. Necesitamos sacerdotes laicos -de no haberlos religiosos-, para entender de la vida y de su incesante misterio.
La TRI, hace referencia a la técnica que aplicamos en consulta para desbloquear aquello que nos entorpece la vida. Se describe en el libro TRILOGÍA. Filosofía para recuperar la salud y prolongar la vida, Ed. Sindéresis, (Madrid, 2023), de Domingo Barbolla Camarero